martes, 11 de noviembre de 2008

Underground vs Mainstream, versión local


Los extremos del rock actual confluyeron el pasado sábado 8 de noviembre en nuestra ciudad. Mientras por un lado el rock oficial mostraba su autocelebración eterna en el Quilmes Rock, en Mitre y Cordoba se realizó la quinta edición de un festival que asume riesgos evitando caer en lugares comunes.

Desde hace mas de dos décadas que una tensión latente domina al mundo de la música, específicamente al mundillo del rock. La dicotomía casi encarnizada que enfrenta a lo que se conoce como escena underground, con aquel espacio nacido bajo el calor del mercado, llamado mainstream, marcó a fuego el destino de las bandas y solistas de estos tiempos, alrededor del globo. Y nuestro país no es la excepción, y Rosario, mucho menos. Este último sábado se vivió en nuestra ciudad un nuevo capitulo de esta batalla: por un lado, en el Hipódromo del Parque Independencia se desarrollo el festival más convocante del año a nivel local, el Quilmes Rock, juntando bandas como Los Piojos, la Bersuit Vergarabat, y Las Pelotas, y por otro lado en El Sótano tuvo lugar la quinta versión del festival Rosario Burning, motorizado por ya un clásico de la escena local, The Broken Toys, y presentando una de las mayores promesas de la ciudad, los psicodélicos Aguas Tónicas. ¿Hubo acaso, ganadores y perdedores?.



Antes que nada, antes que continuar con el desarrollo de este texto, lo primario es describir que es eso a lo que estamos haciendo referencia: origen, historia, significados. Por underground se conoce, desde la iniciatica década de 1960, la escena de rock, de bandas y solistas, que se desarrolla fuera del foco del gran público, y de los medios masivos de comunicación, aquel ambiente subterráneo que alberga todo tipo de expresiones culturales de vanguardia, ideas y proyectos que escapan a la mirada del público masivo. En sí, esta expresión alberga un concepto que excede el de la música específicamente, abarcando a casi toda la cultura, todos los géneros que en ella son cobijados, pero su impronta más notoria la supo encontrar en el imaginario rockero. Fue el mismísimo Frank Zappa el que nos legó una certera definición acerca de que era la escena underground: "La cultura oficial sale a tu encuentro, pero al underground tienes que ir tú.". En tanto, la expresión mainstream es algo más nueva en el imaginario social, datando de principios de la década pasada, y hace referencia a la "cultura" musical que emana de los grandes medios, las discográficas multinacionales, las radios, Mtv, etc. Todo aquello que es difundido a partir de la acción de medios masivos de impronta capitalista, la cultura oficial, eso es considerado mainstream. De Britney Spears a los Rolling Stones, de Madonna a Frank Sinatra. También, al igual que underground, es un termino que hace referencia a gran parte, sino toda, la cultura, aunque encontró en la cuestión musical su nicho mas importante.
Hechas estas salvedades, ¿como bajamos esto a lo que nos atañe, el rock?. Como se dijo, la cultura underground existe en el género desde la década de los ’60, y continuo en los años 70's. En aquellos tiempos, mientras en las grandes ligas brillaban los Beatles, los Stones, Pink Floyd, Led Zeppelin,
The Faces y otras grandes bandas, debajo de ellos hacían lo suyo otras como Blue Cheer, Blue Oyster Cult, MC5, los primeros Black Sabbath y Ramones, Einsturzende Neubauten, y cientos más, lo cual implica que la dicotomía ya existía por ese entonces, aunque la guerra no estaba declarada. Hubo que esperar hasta fines de la década de 1980, cuando, al fulgor del glam-metal mas nocivo, y el tecno-pop en su momento de gloria, el mainstream emergió acaparándolo todo, y, casi por instinto, la escena underground, con el punk y el hardcore a la cabeza, decidió levantar armas e ir a la lucha. Desde allí el enfrentamiento fue en aumento, y se acuño la denominación de “vendidos” o “comerciales” para referirse a aquellos artistas que pasaban de ser completos desconocidos, a firmar con una discográfica y vender millones. Metallica, U2, Green Day, The Offspring, todas bandas que sufrieron esa denominación en algún momento de sus carreras. Y luego de eso nada era igual, revelandose como un estigma muy difícil de quitar para los artistas. Pero, al día de hoy, con la extensión del mercado a prácticamente todos los espacios conocidos, públicos y privados, culturales y no tanto, podemos decir que la escena underground se retrotrajo hasta niveles inimaginados, decretando la poco democrática victoria del mainstream, que parece querer englobarlo todo, en su ambición incontenible. Cabe aclararlo, no ayudo a esta situación la decadencia de ideas que domina la escena subterránea, que no es capaz de exhibir renovación alguna, ni de ideas ni de nombres.



Y ya adentrándonos en lo que seria la cuestión a nivel local, ya sea en el plano nacional, o solamente circunscribiéndonos a Rosario, ¿con que panorama nos encontramos? Minimamente, lo podríamos denominar de ambiguo. Diversos factores actúan para que asi sea. Dentro del ambiente de rock nacional, el negocio es mucho mas reducido que a nivel internacional, y su desarrollo como pasión de multitudes es de tiempos recientes. Si bien hubo picos de popularidad en el pasado, como por ejemplo durante la guerra de Malvinas, toda la parafernalia que hoy rodea al rock en lo que a marketing y negocios respecta se fue generando en los últimos años, al calor de la crisis social, cultural y económica, y una identificación cuasi-futbolera entre artistas y publico. En ese contexto, nunca hubo una distinción bien definida entre underground y mainstream, aun siendo que el under nacional siempre fue prolífico en bandas y contenido, sino más bien debido a que lo que se conoce como mainstream jamás tuvo un gran desarrollo, aún hoy. Y ni hablar de la alicaída escena rosarina, en donde tan solo una banda disfruta de un éxito de relevancia, mientras las demás tan solo apuntan a sobrevivir. En este contexto, hacer comparaciones entre un festival y otro resulta algo incomodo. Pero, ¿que pasa si nos trasladamos a un espacio más artístico? En este caso, los antiguos reclamos de que todo depende de los gustos y la subjetividad que carga cada persona se hacen presentes, pero resulta ineludible que, mientras en el Sótano se podían ver propuestas innovadoras para lo que es nuestra ciudad, tales como el Rockabilly, el Stoner rock y el Killer rock, en el Hipódromo la mayoría de la bandas repetían temas y formulas ya remanidas, sin un ápice de renovación, y concentrándose en la liturgia de cancha para sostener dos días de rock. Por mas que suene antipático decirlo, esta mas que claro el camino que eligió cada festival.
Pero, más allá de esto, elaborar una conclusión en cuestiones de este tipo resulta harto difícil. Aún sabiendo que esto ha sido, y lo sigue siendo, un enfrentamiento marcado, me niego a pensar en forma binaria una cuestión de tipo cultural como esta. Quizás la clave resida en retomar viejos principios, que hoy se asumen como parte de la idiosincrasia de vivir en una democracia, pero que en realidad son, o deberían ser, valores inherentes a la vida misma, tales como el respeto al prójimo, a la diversidad cultural, y los gustos individuales. Quizás allí resida la clave de una mejor convivencia, en que una persona pueda disfrutar en un festival de un recital de Los Piojos, y luego ir a descubrir una banda nueva que se las trae, como Aguas Tónicas, sin que sea tildado de algo en forma despectiva, ni mirado de reojo. Tan solo, y simplemente, disfrutar.

Video grabado por un seguidor de la Bersuit Vergarabat el pasado viernes, durante el tema Mi caramelo.




Aguas Tonicas
en vivo, el año pasado, haciendo el tema Refugiados.



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