miércoles, 3 de diciembre de 2008

Se festejó el Día Internacional de la No Violencia hacia las mujeres.

Por Celina De Francesco
25 de Noviembre del 2008. La plaza Montenegro está toda empapelada de carteles con colores fuertes, especialmente el rosa y el naranja. Pasan mujeres caminando apuradas con cinta adhesiva, otras con banderas con el símbolo de la mujer, mientras el Centro Bernardino Rivadavia convoca las convoca a todas a hacer un ratito de tiempo de su día para darse una vuelta por sus pasillos.
Es el día internacional de la No Violencia contra la mujer. En todo el mundo, marchas y jornadas están siendo llevadas a cabo para detener un fenómeno que parece incrementar con el tiempo.
En Rosario, específicamente, se ha convocado a toda persona que quiera participar, a ser parte de una serie de paneles y talleres sobre las diferentes formas de violencia de género, desde lo laboral, los medios de comunicación, la salud, etc.

Ya a la entrada del Bernardino Rivadavia y alrededor de toda la plaza, me encuentro con varios grupos bien diferenciados que luchan por lo mismo. Lo primero que veo, es una alfombra de papeles blancos con los insultos que se les propinan usualmente a las mujeres por sus parejas, como “menopáusica”, “loca”, entre otros. La alfombra tiene un conjunto de margaritas en el comienzo. Cuando me acerco a tomar una foto, viene corriendo una mujer y me dice: “Menos mal que hay alguien con cámara, nosotras nos la olvidamos”. Es una de las miembros del grupo feminista “Las Locas Margaritas”, quienes aparecen en todas las fechas relacionadas con la defensa de género: “En este momento, no estamos participando del evento, solo hacemos una intervención” me dice una de ellas, mientras me explica que la alfombra de papeles entra y sube hasta el tercer piso por una ventana como haciendo un “recorrido artístico”, en donde se expresa la denuncia hacia la violencia contra las mujeres, “y sobre todo nuestro disgusto con la ONU, (Organización general de las Naciones Unidas) que estableció un solo día para recordar algo tan terrible como la violencia”. La alfombra termina, como me dijeron, en el tercer piso, adonde subo por un ascensor lleno de mujeres que van a uno de los paneles.
Se nota enseguida que el tercer piso del Bernardino está decorado y organizado por mujeres. Muy prolijamente, cada grupo tiene su mesita con folletos de diversos colores, carteles con fotos y frases como “un trato respetuoso no es un favor, es un derecho humano”, y “yo no acepto más la violencia, y vos?
Pasan caminando chicas vestidas de negro ofreciendo galletitas y jugo de naranja bien frío, ya que el calor de ese día parece aplastante. El aire acondicionado está prendido a una temperatura agradable, y el lugar invita a quedarse.



Muchas mujeres están escuchando sentadas (otro detalle, que cuentan con un número de sillas apropiado para que nadie se quede parada) a una médica explicando la importancia del PAP (Prueba de Papanicolau), y el exorbitante precio de la vacuna contra el HPV (Virus del Papiloma Humano) que en Argentina está valiendo alrededor de 200 dólares.
Me encuentro con Stella López Capurro, psicóloga y directora del consejo asesor provincial del Área de la Mujer en la Municipalidad, quien muy amablemente me concede una entrevista.
Entre otras cosas, me entero de las diferentes opciones que se le dan a la mujer dentro de la municipalidad, de las cuales la mayoría de nosotras no estamos muy informadas.
Un programa de atención y prevención de la violencia familiar, un plan de “Igualdad y oportunidades”, atención hacia las adolescentes que quedan embarazadas (tanto durante el embarazo como en el desarrollo del primer año del bebé), entre otras cosas, son las que la municipalidad ofrece hoy en día a las mujeres que necesiten atención de cualquier tipo.
La violencia hoy en día es un tema común entre todos los grupos, clases sociales y géneros.
Pero entre las mujeres, parece ser de lo más común. Desde la violencia en las relaciones románticas, hasta la violencia laboral, la mujer sufre diferencia y discriminación a niveles diferentes en los ámbitos en los que se mueve.
Por lo tanto, la ONU, declara el 25 de Noviembre como el Día Internacional de la No Violencia de Género.
La elección del 25 de noviembre se debe a que se recuerda que ese día, en 1960, las tres hermanas Mirabal fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana por su activismo político. Las hermanas, conocidas como las “mariposas inolvidables”, se convirtieron en el máximo exponente de las víctimas de violencia contra la mujer en América latina. Se eligió entonces esa fecha para conmemorar sus vidas y promover el reconocimiento mundial de la violencia de género. Ya en 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas había señalado que la violencia contra la mujer constituía una violación de los derechos humanos y de las libertades; que se necesitaba una clara y exhaustiva definición de la violencia contra la mujer, una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra ella en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para erradicarla.
Un día para recordar y convocar a la no violencia ¿será suficiente? Este día se seguirá celebrando todos los años. La pregunta es: ¿disminuirá la violencia de género?

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